… Si sabes algo como lo que te explico a continuación.
Darle vueltas a la cabeza a la ruptura te hace sufrir. Te agota. No puedes concentrarte, a veces incluso no puedes dormir bien. Entender qué te está pasando, entenderte a ti misma, puede ayudar a calmarte.
Quiero explicarte una cosa que a muchas personas les ha resultado útil —muy útil— en una situación como esta:
Todo comportamiento humano tiene una intención positiva.
Sí. Has leído bien: positiva.
Todo aquello que las personas hacen qué parece absurdo, destructivo incluso doloroso.
Todo eso tiene una intención positiva para la persona.
Seguro que cuesta aceptar que algo que te hace sufrir tenga una buena intención pero es así. La terapia Gestalt y la Programación Neurolingüística, que son modelos de crecimiento personal, lo afirman.
Por ejemplo, un adolescente agobiado por el control de sus padres se comporta de manera desafiante. ¿Cual es la intención positiva de este comportamiento agresivo ? Tener su espacio, proteger su intimidad, etc. Es una intención positiva para él aunque el resultado para sus padres, la relación y él mismo sea destructivo.
Y sí: darle vueltas en la cabeza a tu ex una y otra vez, aunque parezca dañino… también tiene una intención positiva para ti.
¿Cuál puede ser?
Pues depende de cada persona. Pero en general, suelen ser varias.
Por ejemplo, las personas necesitamos cerrar los círculos. Que las historias tengan un final. Si puede ser feliz, mejor. Pero si no, que al menos sea un final.
Mira cualquier serie de televisión y lo verás claro. ¿A que te molesta cuando una temporada acaba sin resolver nada? ¿A que te quedas enganchada si no sabes qué pasa con los personajes?
Con las relaciones pasa algo parecido. Cuando una ruptura es dolorosa, o incluso traumática, suele quedarse sin final. Sin cierre real. Con muchas preguntas sin respuesta.
Y si no hay posibilidad de “segunda temporada”… todo queda en el aire.
Darle vueltas a la cabeza tiene entonces una intención positiva: entender qué pasó, darle un sentido y ponerle un fin a la historia.
Y tú dirás: “¿Pero cómo voy a hacer eso si la otra persona ya no está?”
Pues aquí está la clave:
Que gracias a la intención positiva… tú sola puedes hacerlo, puedes cerrar el círculo aunque el otro ya no esté.
¿Y cómo se hace?
Te propongo un ejercicio inspirado en la programación neurolingüística (PNL) que puede ayudarte a empezar.
📝 Ejercicio: Cerrar el círculo
Antes de empezar, busca un momento y un lugar tranquilo. Cierra los ojos, respira hondo un par de veces y conéctate contigo misma. Permite que tu atención baje del ruido de la cabeza al cuerpo, a la respiración. Tómate tu tiempo.
Ahora imagina que eres escritora. Más concretamente, guionista.
Trabajas para Netflix y te han contratado para reescribir el final de una serie. Al público no le ha gustado el final y tú tienes que cambiarlo. No puedes cambiar los hechos —la pareja se ha roto—, pero sí puedes escribirlo de manera diferente, más armoniosa y, sobre todo, reivindicando a la protagonista.
Te toca escribir el capítulo final. El definitivo. El que dará sentido a todo.
Para poder hacerlo, tienes que revisar la serie, y lo haces escribiendo brevemente la historia de la relación:
- ¿Cómo empezó?
- ¿Qué momentos importantes vivieron los protagonistas?
- ¿Qué cosas les marcaron?
- ¿Cómo fue el final real?
Y ahora… es tu momento: ¿cómo le gustaría al público que hubiera terminado?
Aquí puedes explayarte: escribe una escena final, imagina dónde están, los diálogos, describe cómo se sienten.
Sobre todo, pon atención en la protagonista. Escribe todo aquello que le quedó pendiente por decir y no dijo en el otro final. Es la protagonista: haz que se comporte como el público espera
Añade una última escena después de la despedida.
Es una escena que la cadena te pide que escribas. Sitúa a la protagonista en su casa o paseando, donde a ti te guste. Tiene una actitud reflexiva y su mirada parece evocar el futuro. Responde a las siguientes preguntas con una voz en off:
- ¿Qué sentido tiene todo lo que le ocurrió?
- ¿Qué aprendió la protagonista?
- ¿Qué elige hacer ahora con lo vivido?
- ¿Qué cosas deja atrás? ¿Qué cosas se lleva consigo?
Cuando termines, vuelve a leer tu texto despacio. Observa cómo te sientes. Y si quieres, puedes guardar ese escrito como una carta de cierre, o incluso destruirlo como símbolo de que el ciclo se ha cerrado.
Este ejercicio no sustituye a la terapia —por lo menos, a la terapia Gestalt—, pero puede servirte para superar la ruptura.
Y si sientes que necesitas ayuda para avanzar tras la ruptura y redescubrirte, puedes pedirme una entrevista informativa gratuita de 20 minutos por videoconferencia. Te servirá a ti para informarte y a mí para estar seguro de que puedo ayudarte.
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