Gracias a la ruptura se puede resolver un viejo conflicto interior.

 

Tras una ruptura de pareja, es normal sentirse triste y recordar lo que pudo haber sido y no fue. Incluso darle vueltas en la cabeza al porqué de la ruptura y pasar alguna noche sin dormir.
Sin embargo, si la situación va a más, si sigues preguntándote «¿por qué?» y la respuesta es una voz interior que te dice que algo en ti está mal, que no eres suficiente y no vas a encontrar una buena pareja… Entonces, la cosa se complica y lo pasas mal. Quizás te pongas ansiosa y sientas tristeza y dolor. No es agradable, pero la buena noticia es que el viejo conflicto interior entre dos partes de ti misma, ese que te tiene bloqueada, sale a la luz:

Una parte eres tú misma descalificándote: la acusadora.

La otra, también tú, sufriendo, aguantando: la acusada.

Aunque pareciera que la primera tiene la razón, en realidad ambas la tienen y, de forma equivocada, quieren lo mejor para ti.
Sin embargo, están enzarzadas en una guerra fratricida con una sola víctima: Tu autoestima.

Si te suena lo que digo, ya puedes intuir que, para avanzar tras la ruptura, el camino pasa por resolver este conflicto interior. Un conflicto que, si eres honesta, ya se daba cuando estabas en pareja. Quizás ahora sea el momento de sanar y conocerte mejor a ti misma, para que la próxima relación de pareja sea la que mereces. 

Para eso, te recomiendo un proceso de terapia Gestalt. Si quieres informarte y tener más pistas sobre por dónde va el conflicto interior que te limita en tus relaciones de pareja, te ofrezco una sesión gratuita de 20 minutos por videoconferencia. Solo te va a comprometer contigo misma.

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